La reciente entrevista que involucró a Doña Rosa Rivera y a Thalí ha dejado al descubierto tensiones y desacuerdos relacionados con los problemas familiares de la familia Rivera. especialmente con su hijo Lupillo. Doña Rosa, expresó su incomodidad con la situación, marcando límites claros en cuanto a quién debe abordar y resolver los problemas familiares.
Durante la entrevista, Thalía señaló que Doña Rosa tiene favoritos entre sus hijos y mencionó que Lupillo siempre ha sentido que lo menosprecian al referirse a él como «hijo». Estas declaraciones no fueron bien recibidas por Doña Rosa, quien dejó claro que no necesita intermediarios para resolver los problemas familiares y que prefiere abordarlos directamente con sus hijos.
Doña Rosa afirmó que la dinámica familiar y las relaciones entre sus hijos son asuntos que ella misma abordará y resolverá. La idea de tener intermediarios o que terceros se involucren en los problemas familiares no parece ser del agrado de Doña Rosa. Quien valora la comunicación directa y la resolución de problemas dentro de la familia.
Es evidente que la relación entre Lupillo y algunos miembros de la familia ha sido motivo de tensión. Y la intervención de Thalía en la entrevista ha dejado en evidencia las grietas en la unidad familiar. Doña Rosa, como matriarca, busca mantener el control y la autoridad en la gestión de los asuntos familiares, rechazando cualquier injerencia externa.